NUTRICIÓN ORTOMOLECULAR 

21.05.2023

¿Qué es la Nutrición Ortomolecular?

La Nutrición Ortomolecular se basa en un hecho objetivo y sencillo. La salud y la enfermedad se generan a nivel de los millones de células que forman nuestro cuerpo y los diversos órganos que lo constituyen. En cada una de nuestras células, las vitaminas y el resto de los nutrientes esenciales, actúan como los principales proveedores de materia prima y energía para mantener un equilibrio metabólico interno sin el cual la vida y la salud no serían viables.

Así las vitaminas, los minerales, los aminoácidos, las ayudas digestivas, los nutrientes accesorios y las demás sustancias naturales importantes, independientemente del tipo de células de las que se trate, y del órgano al cual estén vinculadas, son necesarios para la producción de todas las reacciones bioquímicas corporales que colaboran a fijar y eliminar materia y energía biológicas. Por ello la carencia crónica de uno o varios de estos nutrientes esenciales es el origen más frecuente de la hipofunción celular, constituyendo ésta a su vez, la primera y principal causa de las enfermedades graves más comunes de nuestro tiempo como la arterioesclerosis, infarto de miocardio o el cáncer.

Una alimentación diaria equilibrada es la base para una buena salud en general. A través de los alimentos debemos adquirir los nutrientes esenciales y en las cantidades adecuadas para cubrir nuestras necesidades diarias. Pero una dieta equilibrada no sólo debe garantizar las cantidades diarias de proteínas, grasas, carbohidratos y micronutrientes, sino que también debe evitar un aporte de calorías que sea muy superior a nuestras necesidades. Es importante seguir las siguientes reglas para conseguir una dieta y estilo de vida saludable:

- Disfrutar de la comida masticándola y salivándola adecuadamente

- No ingerir alimentos bajo situaciones de estrés o en estados de tensión nerviosa excesiva

- Consumir alimentos variados

- No consumir un exceso de alimentos y bebidas ricos en azúcar

- Limitar el consumo de sal

- Beber alcohol con moderación

- Consumir pocas grasas y colesterol

- Mantener un peso adecuado

- Mantener una cierta actividad física diaria

- Basar la dieta en cereales, frutas y verduras

- Consumir diariamente cereales variados, especialmente integrales

- Consumir frutas y verduras frescas y variadas todos los días

¿Necesitamos suplementación?

En la cuenca Mediterránea, tenemos la gran suerte de tener una calidad y esperanza de vida superior a otros, algo que se atribuye a la alimentación, pobre en grasas animales (en general) y rica en frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva. Esta alimentación proporciona equilibradamente los tres grandes grupos de macronutrientes: glúcidos, lípidos y proteínas; a la vez que aporta los micronutrientes: vitaminas, minerales, aminoácidos y ácidos grasos.

Pero lo cierto es que la proporción actual de vitaminas y minerales en los alimentos, comparada con la de principios de siglo, ha decrecido notablemente a causa de la industrialización y el empobrecimiento del suelo, así como por los nuevos hábitos (nada recomendables) de la "comida basura". Y es que el tratamiento que se le da a los alimentos en las explotaciones agrícolas, hace que se destruya en el proceso y manipulado gran parte de su contenido vitamínico y mineral. Y eso sin incluir la frecuente e inadecuada manipulación posterior del alimento en nuestro hogar.

Los principales factores que influyen en una falta de nutrientes son:

1. La agricultura química e intensiva: agota los suelos de cultivo. Los herbicidas y pesticidas empobrecen las plantas en vitaminas C, E, B y betacarotenos.

2. Sistemas de cosecha y almacenamiento: las cámaras frigoríficas, cosecha precoz.

3. Procesamiento industrial: el refinado de la caña de azúcar y de los cereales disminuye en un 80% su contenido en zinc, además de perder la vitamina E con la pérdida del germen. Esto hace que aumente la necesidad de vitaminas del complejo B, primordiales para asimilar almidones y del oligoelemento Cromo, decisivo en el metabolismo glucídico.

4. Toxemia por ingestión de café, alcohol, drogas, colorantes, conservantes.

5. Abuso de medicamentos: pueden disminuir la absorción intestinal de ciertos nutrientes y agotar sus reservas corporales, especialmente de las vitaminas del grupo B.

6. Regímenes adelgazantes sin control: pueden causar diferentes deficiencias de nutrientes según el tipo de régimen.

7. Contaminación ambiental: favorecen la pérdida de antioxidantes, minerales y vitaminas.

8. Actividad deportiva: aumenta los requerimientos nutricionales generales, en especial de antioxidantes y aminoácidos.

9. Estrés: aumenta nuestras necesidades de complejo B, C y aminoácidos.

10. Malas técnicas culinarias: torrefacción, frituras, cocción en ollas de aluminio...

También se podría añadir las proliferación de sustancias nocivas para la salud en nuestra civilización. Es el caso del azúcar blanco ("ladrón" de energía, vitaminas del grupo B y minerales como el calcio). Y todos los productos azucarados: bollería, pasteles, dulces, caramelos, helados, bebidas azucaradas, etc..

El consumo excesivo de conservantes, aditivos, colorantes, aromatizantes, etc., contienen alta toxicidad y sus componentes químicos, en dosis altas, actúan como destructores de los micronutrientes. Algunos conservantes y aditivos pueden tener efectos cancerígenos además de provocar dermatitis, asma, alergias, alteraciones digestivas...

En resumen, teniendo en cuenta que nos rodean factores que pueden hacer disminuir nuestros nutrientes esenciales en nuestro organismo, podemos y tenemos que empezar a suplementarnos para cubrir nuestras necesidades y prevenir futuras patologías agudas que con el tiempo, se pueden convertir en crónicas. Cuidemos nuestro templo, nuestro hogar. Cuidemos nuestro cuerpo.